Thursday, May 22, 2014

Dorothy


Con el cuerpo cansado, mi arma aún enfundada, con un proyectil en el pecho pero con la armadura casi intacta intenté abrirte en mi página favorita, hojearte lentamente y humedecer mis dedos para pasar tus hojas...
Me quede pensando trampas de letras, números y promesas en deuda.
Así ha sido desde que  inventé mis dos escudos, uno para el día y otro para la noche, como cuando éramos anónimos hablando de valor y osadía. Nuestras voces desnudas haciendo el amor leyendo textos, amándose a si mismas y vistiéndose sólo en el silencio.

Ave.