Los amantes son un lujo, no una necesidad

Soy mi mejor amante, peor enemiga, la primera en sentenciarme y la última en hacerme un mimo. Gambeteo en el mundo de la exigencia y fracaso continuo. Sueño con un universo del aplauso, orgullo y equilibrio emocional. Pero con mis quimeras cumplidas no existiría razón para hacer obra y batallar por componer a mis metas. La vida me regala adrenalina para seguir haciendo lo que me apasiona sin cansarme ni aburrirme, sin volverlo una costumbre.

Ni pregunté.

Huellas, rastros que endebles persisten, letras buscando sus renglones, anhelos encrucijados en cartas sin remitentes, en bares manchados de alcohol, en memorias que nos acarician de noche.

Secuelas, heridas que nunca cierran, que se quedan como tatuajes en un cuerpo ya sin blancos, que nos dejan como dudas sin veredicto, como monstruos del amor, como huérfanos llorando en el fruto de la vida.

Así actuamos, de culo al telón de la apatía perversa, que nos queda como careta mal puesta, esperando que las manos del tiempo nos la arrebaten para consumirme de una vez por todas, mejor mañana y no ahora.

Destellos que siguen encandilando hasta con los ojos cerrados, queman como mirar el sol fijamente, luces que se prenden y apagan sin piedad, luces que nos exponen cuando dejamos de corresponder a un cuerpo foráneo, y éste a su vez ha dejado íntegra la temperatura del propio.

Así se rasga el empalme, justo cuando aparecen las últimas descargas revelando que todo fue acomodado a nuestros miedos, cuando se recuestan en la lejanía, cuando se defraudan los recuerdos, cuando lo entendemos todo, cuando lo invisible nos ataca con exactitud a cada uno de nuestros sentidos y de repente no tenemos la suficiente inteligencia para descifrar esto que nos pasa, esta tortura invariable que nos toca resistir.

AbrilV.

Camila

Hoy los miedos progresaron, 

aunque expectantes,

perdieron toda fortaleza.

El anhelo se renovó, 

siempre fue prosperando

en cada momento, en cada puesta de sol y en cada eclipse.

El cuero, el color, la figura,
el perfume, los ojos, las soluciones,
todo mejoró.

Los pretextos se pusieron mejor,

y ahora pretextos hay de sobra,

con esta nueva carta

en esta misma lengua.

La fuerza también creció,
la ilusión mermó,
los sentidos se engranaron
de nuevo, poco más o menos todo mejoró.

Únicamente los fantasmas desmejoraron,
ya no pueden dejarse ver.

No pueden intimidar, ni traspasar paredes.

AbrilV.

Oasis

Guarida profunda de pétalos verdes y susurros,
donde el zorro palpita, la linfa es,
el compañero y la señorita enmudecen, disimulados
por el resplandor del astro blanco,
en donde yace la perpetuidad.

Pabellón impetuoso, inalterable plenitud,
para la tregua espontanea de la codicia,
con todo lo que es, fue, puede ser,
abierto en concentrada colección;
abreviatura de paraíso antártico,
premio un poco mayor
en descansa está la eternidad.

Tono, esencia, rumor, parábola, néctar delicioso
atestan con su vastedad abrasadora y flamante,
íntegra de gloria y de destino,
la irrupción casual a un modelo incalculable,
veta libre de luz perenne y singular
en donde está la eternidad,
nuestro oasis.


AbrilV