Entre el cielo de Madrid y el infierno de Buenos
Aires.
Plenitud
hormonal.Libido extremo.
Fuego y viento.
El auto, nuestro palacio,
Las manos fueron las alianzas.
Nuestros cuerpos fundidos en placer y sudor,
brillan a la luz de la luna.
En el asiento de atrás, tu trono donde esa noche fuiste el Rey.
Te miro y mutás en Eros [1].
Emulo al Dante [2] en el juicio final.
Mi cuerpo pide tu excarcelación,
tu cadena perpetua me va a matar
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